Historia del Movimiento SUMA 23

En el año 2012 un grupo de jóvenes de varias provincias del Ecuador, visionarios y preocupados por el régimen antidemocrático que se vivía entonces en el país, el peligroso rumbo que había adoptado, así como la división y el conflicto que el gobierno generaba entre hermanos ecuatorianos, consideramos que era el momento de que una nueva generación de ecuatorianos, amantes de su patria y sin haber estado contaminados con las prácticas políticas entonces vigentes, asuma la actividad política y proponga a la ciudadanía una serie de cambios y rectificaciones necesarias. La nueva propuesta del Movimiento SUMA estaría basada en el Modelo de Gobierno Responsable, que se constituiría como el fundamento conceptual del Movimiento y la base sobre la cual se realizaría toda propuesta de política pública. El Modelo de Gobierno Responsable es una visión moderna, que supera la tradicional y obsoleta división entre la izquierda y la derecha para adoptar una posición ideológica acorde con la realidad del mundo contemporáneo y que privilegia la responsabilidad en la gestión de gobierno, convirtiéndose en la antítesis del populismo.

Estos jóvenes, liderados por el Dr. Mauricio Rodas Espinel, conscientes del inmenso potencial de nuestro país, de su historia, de su gente y de sus recursos naturales, decidimos asumir el reto de soñar un país mejor y emprender las acciones necesarias para lograrlo, mediante una nueva forma de hacer política, en la que verdaderamente se privilegie el bien común y no las prebendas para sus aliados y simpatizantes políticos, así como las políticas sustentables para las próximas generaciones y no aquellas de corto plazo destinadas exclusivamente a ganar las próximas elecciones.  Sabíamos que era posible hacer una nueva forma de política.

Este grupo de jóvenes teníamos muy claro que si queríamos hacer una nueva forma de política, no podríamos simplemente integrarnos a alguna organización política existente entonces, sino que sería imprescindible tener la nuestra propia, para poder aportar al país con propuestas nuevas y frescas, sin compromisos, obediencias, ni prejuicios con nadie.   Es así como durante el primer semestre del año 2012 iniciamos el proceso de recolección de firmas a nivel nacional para constituir formalmente un nuevo Movimiento, en uno de los momentos más adversos para tal propósito, pues el gobierno de turno no sólo que gozaba de una masiva popularidad (obtenida en base a manipulación propagandística y otras prácticas aberrantes), sino que además controlaba todos los poderes del Estado, entre ellos precisamente la autoridad que debía aprobar el naciente Movimiento, esto es el Concejo Nacional Electoral – CNE.

Como era de esperarse, la posibilidad del nacimiento de una nueva organización política “sin lazos que nos unan al pasado ni correas que nos aten al presente”, generó aire fresco y esperanzas fundadas para un segmento informado de la población nacional, pero fue visto como amenaza para los poderes establecidos.  Tal es así que en al menos tres ocasiones consecutivas, mediante diversas formas de atropellos, intentaron evitar el surgimiento del Movimiento SUMA.

Así tenemos que, dos días después de que un Informe interno del CNE determinó que el Movimiento SUMA había presentado, y el CNE había calificado, un número de firmas mayor al necesario para poder ser aprobado como Movimiento, curiosamente el gobierno hizo “explotar” un escándalo de supuestas firmas falsas en la aprobación de varias organizaciones políticas, lo cual fue estratégicamente utilizado por el CNE para detener todos los procesos de aprobación en curso (en realidad, sólo el nuestro y otro más, el cual posteriormente nunca fue aprobado).  Más curioso aún fue el hecho de que públicamente las propias autoridades del CNE, entre los cuales su propio Presidente[1] (ex funcionario del gobierno de turno) reconocieron públicamente que habían tenido conocimiento de tales supuestas práctica desde varios meses atrás, sin embargo sospechosamente recién se hizo el “escándalo” precisamente cuando el CNE acababa de determinar que el Movimiento SUMA había excedido el número de firmas necesarias.  Fue tan burdo el direccionamiento, que en la primera intervención pública del Presidente de la República de entonces refiriéndose al tema, realizada el mismo día y a las pocas horas de explotado el “escándalo”, en su ya característico tono prepotente y burlón, ironizó sobre “¿quién podría haber firmado por un Movimiento desconocido como SUMA?”.

Durante todo el tiempo que el escándalo ocupó la atención mediática, dicho ex funcionario continuó con ese tipo de declaraciones públicas de desprestigio, hacia una naciente organización política que lo único que pretendía era hacer una nueva forma de política.  Resultó evidente que esta nueva forma de hacer política, pura y transparente, afectaba al poder de turno.  Vale destacar que como resultado de este “escándalo”, en la práctica lo único que ocurrió fue: a). dos organizaciones políticas de reciente aprobación y mínima trascendencia nacional fueron descalificadas, y b). el Movimiento SUMA perdió tiempo para formar estructuras, precisamente cuando las inscripciones de candidaturas arrancaban en pocos meses.  Hasta la fecha, pese a todo el “escándalo” y la intervención de la Fiscalía General del Estado (entonces dirigida por alguien muy cercano al Presidente de la República de turno), no hay absolutamente ninguna persona encontrada culpable ni peor aún sancionada en este “escándalo” de supuestas firmas falsificadas.  Pero le sirvió al gobierno para intentar afectar nuestra capacidad de organización y así ganaron tiempo.  A pesar de ello, nunca pudieron detener la ilusión de impulsar una nueva forma de hacer política.

Casi dos meses más tarde, finalmente volvieron a calificar las firmas presentadas por el Movimiento SUMA, con un proceso evaluatorio más riguroso aún, realizado por grafólogos de la Policía Nacional (curiosamente algunos servían en la Presidencia de la República).  Una vez más, de forma sospechosamente curiosa, cuando el Informe interno preliminar de los propios funcionarios del CNE daban cuenta de que ya habíamos superado el número de firmas necesarias y la revisión estaba por concluir, apareció de imprevisto en el local donde se efectuaba el control, uno de los Consejeros del CNE (cuya experiencia profesional previa era precisamente la programación informática y que en ninguno de los días previos del proceso había asistido), quien ingresó directo al centro de cómputo desde donde se monitoreaba el avance del proceso de revisión de firmas, impidiendo nuestro ingreso.  Al salir, luego de unos 15 minutos durante los cuales se detuvo el funcionamiento del sistema informático, nos informó verbalmente que no habíamos completado el número de firmas necesarias, sin embargo no podía darnos un documento impreso de los resultados finales.  Evidentemente desde ese mismo instante entendimos que nos habían eliminado firmas mediante alguna manipulación informática.

Como nuestro trabajo había sido hecho de manera seria y profesional, teníamos el respaldo físico y electrónico de absolutamente todas las firmas.  Inmediatamente nuestro equipo empezó a rastrear, de una en una,  cada una de las firmas eliminadas por el CNE, hasta que identificamos el patrón con el que habían procedido: a dos firmas distintas, de dos personas diversas, en dos formularios distintos, las hacían aparecer como si fueran firmas “repetidas” de la misma persona, eliminando así una de ellas.  Y esto hicieron hasta que nos faltaran pocas firmas para cumplir el número mínimo.

Acudimos con el debido soporte legal y técnico ante el Tribunal Contencioso Electoral - TCE, organismo también controlado por el gobierno de turno, el cual después de varias dilatorias y negativas, ordenó al CNE un peritaje de las firmas que habíamos identificado como erróneamente “repetidas”, para que sean debidamente reconocidas.  En un acto típico de la prepotencia y manipulación imperante en las autoridades del momento, en la fecha dispuesta para el peritaje, el CNE sólo había dispuesto un perito para evaluar varios miles de firmas, con lo cual dado el tiempo que se hubiera necesitado, la aprobación del Movimiento SUMA hubiera ocurrido después de vencido el plazo para poder participar en las elecciones.

Nos opusimos una vez más a las pretensiones del CNE y logramos que el TCE disponga la realización de una pericia técnica de varios miles de firmas, con la participación de un amplio equipo de grafólogos, y la observación de delegados del CNE y del Movimiento SUMA, quienes luego de una minuciosa revisión firma por firma, durante 26 horas seguidas, nos dieron la razón, reconociendo que el CNE nos había eliminado de forma ilegal miles de firmas.

Un grupo de jóvenes idealistas, armados solamente de la ilusión de un mejor país, habíamos triunfado sobre todos los obstáculos que el sistema político imperante nos había impuesto.  El CNE se vio forzado a reconocer su error y el día 1 de Noviembre de 2012, justo en pleno feriado de vacaciones, y faltando pocos días para poder inscribir candidatos, expidió la Resolución mediante el cual se otorgó personería jurídica al Movimiento SUMA y se nos asignó el número de lista 23.

Y así, desde sus orígenes, luchar ante la adversidad, incluso en desventaja de condiciones, y salir victorioso, ha sido una característica muy propia del espíritu de los integrantes del Movimiento SUMA.

Fuente: https://www.elcomercio.com/actualidad/politica/tribunal-decidira-futuro-de-suma.html

[1] Preferimos, tanto en este caso como en otros posteriores, evitar dar nombres, pues son personas que ni siquiera merecen ser recordados por los ecuatorianos; sin embargo, estamos seguros que nuestros lectores los tienen claramente identificados; así como la fidelidad exacta de los hechos aquí relatados.

A pesar de haber dispuesto de muy pocos días para desarrollar una estructura territorial y realizar todo el proceso de democracia interna e inscripción de candidaturas, el Movimiento SUMA presentó candidatos a Presidente y Vicepresidenta de la República (Dr. Mauricio Rodas Espinel y Dra. Inés Manzano, respectivamente) y candidatos a Asambleístas en la mayoría de provincias del país y circunscripciones del exterior, Asambleístas Nacionales y Parlamento Andino.  Pese a contar con una incipiente estructura territorial del Movimiento en el país y candidatos jóvenes poco conocidos, los resultados del Movimiento SUMA fueron una de las sorpresas positivas de estas elecciones.

Los candidatos del Movimiento SUMA asumieron estas elecciones con mínimos recursos económicos y en la mayor austeridad, pero con mucha ilusión y creatividad, siendo anecdótico que mientras otros candidatos tenían avión particular y minibuses propios disponibles en varias ciudades del país, o toda la movilización y resguardo de seguridad otorgados por el Estado, nuestro candidato presidencial se transportaba en vuelos comerciales, carros particulares y transporte público, llegando al extremo de que en una ocasión cuando se transportaba solo en un taxi fue víctima de un “secuestro exprés”, del que afortunadamente salió sin ningún contratiempo.  Pese a todo ello, nuestro binomio presidencial fue cuarto de entre ocho listas de candidatos, superando a figuras mucho más conocidas entonces y con campañas de mucho mayor presupuesto, como las de Álvaro Noboa y Alberto Acosta, entre otros.

Con una estructura territorial más desarrollada en todas las regiones del país, así como habiendo generado y apoyado el surgimiento de nuevos líderes locales, en su gran mayoría jóvenes que no habían participado en política, el Movimiento SUMA tuvo una destacada participación en estas elecciones.  Se debe recordar que ésta era la novena elección consecutiva en la que participaba el Movimiento Alianza País, habiendo siempre triunfado en todas las anteriores. 

En un país donde la gran mayoría de su población está concentrada en sus dos principales ciudades, la atención y el enfoque nacional electoral estuvo dirigido a lo que ocurriría en Quito, pues siempre fue evidente que en Guayaquil se repetiría el triunfo de su Alcalde, Jaime Nebot.

El entonces Alcalde de Quito, Augusto Barrera, candidato a repetir la Alcaldía por Alianza País, con todo lo que implicaba el apoyo de dicho Movimiento, contaba además con la maquinaria municipal que estuvo a disposición de su campaña.  Al inicio de la carrera electoral, la intención de voto por Barrera estuvo alrededor del 56%, mientras que la candidatura del Dr. Mauricio Rodas Espinel arrancó con un 7% de intención de voto, en niveles similares con algunos de los demás candidatos; es decir, había un casi ganador indiscutible y todos los demás –incluido Rodas- en un pelotón totalmente rezagado.

Conforme transcurría la campaña en Quito, y el candidato del Movimiento SUMA empezaba a subir en las encuestas, el gobierno de Alianza País se sintió amenazado por primera vez en toda su historia y arrancó una virulenta campaña sucia así como una serie de acciones ilegales que no fueron controladas por la autoridad electoral, entre las cuales hubo la intervención directa en campaña del entonces Presidente de la República así como el uso de recursos públicos para favorecer al candidato oficialista.  Para sorpresa de todos los analistas políticos y la gran mayoría de ecuatorianos, empezó a considerarse la posibilidad de una derrota de un candidato oficialista, algo impensable en los últimos ocho años en los que siempre habían arrasado electoralmente en el país.  De hecho, al ser Quito un referente político cuyo sentir se irradia al resto del país, esta posible derrota empezó a transmitirse a otras de ciudades del Ecuador, lo cual fortaleció a muchos candidatos del Movimiento SUMA y otros de la oposición.

Finalmente, luego de una intensa campaña, en la cual el candidato oficialista usó las prácticas politiqueras de siempre (ataques infundados, mentiras, campaña sucia, abuso de poder, uso de recursos públicos, campaña millonaria, etc.) mientras que la campaña del candidato del Movimiento SUMA derrochaba alegría, optimismo, diálogo y austeridad, el Dr. Mauricio Rodas Espinel ganó la Alcaldía de Quito con una diferencia de votos que no había ocurrido en ninguna votación de la ciudad, ya sea en elecciones presidenciales o seccionales, desde hace muchos años.

A nivel nacional, el Movimiento SUMA obtuvo:

• Diecisiete alcaldías: en las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Loja, Manabí, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas y Pastaza.
• Tres prefecturas: en las provincias de Bolívar, El Oro y Pastaza.
• Uno o varios Concejales en cuarenta y dos cantones: en las provincias de Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Loja, Manabí, Guayas, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas, Galápagos, Napo, Pastaza y Sucumbíos.
• En resumen, como resultado de estas elecciones, cerca de un 30% de la población ecuatoriana vivía en ciudades cuyos Alcaldes eran del Movimiento SUMA, lo que convirtió a nuestra organización política en la que mayor población gobernaba desde lo local en todo el país.

Estas fueron las primeras elecciones desde 2006 en las cuales no participaba Rafael Correa, motivo por el cual el Movimiento SUMA vaticinó que se presentarían muchos candidatos que fragmentarían a la tendencia, lo cual favorecería implícitamente al candidato de Alianza País.

Ante ello el Movimiento SUMA hizo múltiples esfuerzos por lograr un gran acuerdo nacional, que deponga egos y candidaturas, en beneficio del país.  Desafortunadamente no resultó una tarea fácil, motivo por el cual sólo se logró un acuerdo con unas pocas organizaciones políticas. La Alianza resultante logró el segundo lugar en la primera vuelta, forzando a una segunda vuelta que no había ocurrido en las últimas dos elecciones presidenciales en las que Correa estuvo de candidato.  Finalmente el candidato de Alianza País triunfó en la segunda vuelta.

En estas elecciones el Movimiento SUMA logró conformar un bloque de nueve Asambleístas, resultando el Dr. Guillermo Celi Santos el Asambleísta Nacional más votado de la oposición.  Además del mencionado Asambleísta Nacional, el Movimiento SUMA obtuvo un Asambleísta en las provincias de Bolívar, Chimborazo, Galápagos, Guayas y Pastaza; y, tres Asambleístas en la provincia de Pichincha.

En base a uno de los principios fundamentales del Movimiento SUMA, que determina un “respeto absoluto a la institucionalidad democrática”, y considerando que la alternabilidad en el ejercicio de las dignidades de elección popular es básico para una verdadera democracia, el Movimiento SUMA no presentó candidaturas para la elección de Alcalde ni Concejales en la ciudad de Quito. 

En el resto del país, el Movimiento SUMA obtuvo:

• Quince alcaldías: en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Guayas, Morona Santiago, Sucumbíos y Zamora Chinchipe.
• Dos prefecturas: en las provincias de Bolívar y Sucumbíos.
• Uno o varios Concejales en treinta y ocho cantones: en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Manabí, Guayas, Galápagos, Napo, Sucumbíos, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe.
• En resumen el Movimiento SUMA mantiene una importante representación de autoridades electas a nivel nacional y es, sin duda, una de las organizaciones políticas que a pesar de su juventud y las dificultades que ha tenido que sortear sigue siendo una de las más importantes del Ecuador y con una extraordinaria proyección a futuro.

Hasta la presente fecha hay cientos de miembros del Movimiento SUMA que hemos desempeñado funciones públicas de elección popular, tanto en la Asamblea Nacional como en los distintos niveles de autoridades seccionales, como Alcaldes, Concejales, Prefectos, miembros de Juntas Parroquiales, etc.

Cumpliendo los objetivos iniciales que inspiraron la fundación del Movimiento SUMA, los miembros de nuestro Movimiento durante el ejercicio de sus funciones no sólo que hemos aplicado los Principios Fundamentales y Criterios de Política Pública del Modelo de Gobierno Responsable, sino que efectivamente ejercimos una nueva forma de hacer política, con acciones tales como una gestión basada en el diálogo abierto y sin exclusiones; total compromiso y transparencia; no caer en provocaciones ni insultos; total apertura a opiniones contrarias; proveer obras y servicios públicos, no en base a cálculos para las próximas elecciones, sino atendiendo las necesidades prioritarias que permitan mejorar la calidad de vida de la mayor población posible y sentar las bases para un mayor y más equitativo crecimiento futuro, entre otras cualidades de la gestión de los miembros del Movimiento SUMA.

Durante la gestión del Dr. Mauricio Rodas como Alcalde de Quito, entre cientos de nuevas obras, se inició la construcción del Metro de Quito y se avanzó hasta casi su culminación (más del 85%), obra gigantesca que marcará un antes y un después en la movilidad de la capital de los ecuatorianos.  A diferencia de la gran cantidad de obras públicas importantes de los últimos años, esta obra se la construyó en total cumplimiento de su cronograma original y sin haber suscrito ningún reajuste de precios ni contrato complementario, demostrando así la eficiencia y transparencia en la ejecución de una obra pública de gran magnitud, tal como en su momento fue reconocido por las máximas autoridades del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo – BID.

Ante el surgimiento del Dr. Rodas, una nueva figura política a nivel nacional que venía ejecutando obras y brindando importantes servicios sociales, surgió la envidia y la politiquería.  Es así como, desde el propio Presidente de la República de ese entonces y todas las instancias del Estado, controladas por miembros de Alianza País que nunca se repusieron de esa primera importante derrota electoral en toda su historia, iniciaron un fulminante ataque en contra del Alcalde Rodas, tratando de afectar su imagen.   Para tal propósito, se valieron de cualquier medio posible, legal e ilegal, pues en su egoísmo y prepotencia no podían permitir el surgimiento de ningún nuevo liderazgo nacional que pudiera afectarles.  De hecho, hasta la presente fecha, efectivamente no han permitido que ningún otro nuevo líder político con imagen nacional haya surgido en el país, al punto que las actuales encuestas para la Presidencia de la República en el 2021 sólo incluyen nombres de políticos surgidos antes de Correa, ninguno otro que haya surgido posterior a él.

Los ataques en contra del Alcalde Rodas iniciaron desde la campaña sucia en las elecciones del 2014 y se presentaron en diversas formas durante toda su gestión.  Desde la aberrante oposición por parte de los Concejales de Alianza País a cualquier propuesta, hasta el financiamiento con recursos públicos de la Secretaría Nacional de Inteligencia – SENAIN para afectar la imagen de Rodas, conforme lo señaló la propia Contraloría General del Estado.  Hubo ejércitos de trolls atacando en redes sociales, pagados con recursos públicos, que a punta de repetición permanente fueron desviando la atención pública para enfocarse en ataques personales mientras desconocían los importantes avances en obras y servicios públicos.  Financiaron y apoyaron a cualquier grupo que podía presentar reclamos a la gestión del Alcalde, provocando absurdos como que un puñado de ciudadanos lograban detener obras que hubieran beneficiado a cientos de miles de personas, con base en mentiras y engaños; pues en su egoísmo politiquero no podían permitir que se realicen obras que hubiesen transformado la vida de cientos de miles de hombres y mujeres, pero que les hubiera restado votos para las siguientes elecciones.

Es así como, pretendiendo afectar la imagen del Alcalde Rodas, atentaron contra el crecimiento de la ciudad, en obras que hubieran sido emblemáticas, tales como liberar el pesado tráfico de acceso al este de la ciudad mediante la Solución Guayasamín o permitir un transporte ecológico y eficiente para un importante grupo de pobladores de un sector marginado del norte de la ciudad mediante el QuitoCable.  Se trata de dos obras que después de haber iniciado su construcción, que pudo haber concluido durante la administración Rodas, tuvieron que enfrentar todo tipo de obstáculos por razones puramente politiqueras.  Estos politiqueros, en su afán destructivo, hasta inventaron supuestas irregularidades en la construcción del Metro durante la administración Rodas, mismas que pese a que controlaban la justicia nunca pudieron demostrar.

En fin, no amerita señalar todas las acciones politiqueras que desplegaron para intentar afectar el surgimiento de un nuevo liderazgo nacional, basta con destacar que todos los ataques cesaron completamente apenas el Alcalde Rodas ratificó públicamente que, conforme a los Principios Fundamentales del Movimiento SUMA y a sus propias declaraciones públicas incluso antes de ser candidato a Alcalde, no creía en la reelección inmediata y por tanto no sería candidato.  Esta suspensión de los ataques demostró, con hechos, que no es que era un mal Alcalde, sino que era una amenaza para los políticos de turno y por lo tanto había que intentar acabarlo.

La gestión de los demás Alcaldes y Concejales del Movimiento SUMA en el resto del país también dejaron su huella positiva, tanto en cuanto a la nueva forma de hacer política como a la ejecución de nuevas obras públicas y provisión de servicios públicos en sus respectivos cantones.

Por otro lado, los Asambleístas que han permanecido con el Movimiento SUMA han demostrado coherencia y valores, y su accionar político ha estado siempre apegado al Modelo de Gobierno Responsable.  Nuestros Asambleístas han propuesto importantes proyectos de leyes y han ejercido un rol muy valioso en actividades de fiscalización.

En base a la transparencia de nuestras acciones, ningún miembro del Movimiento SUMA, en forma directa o indirecta, ha participado ni formado parte del Gobierno Nacional.

Una cualidad fundamental del Movimiento SUMA, que además surge del Modelo de Gobierno Responsable, es que cada Directiva Provincial tiene total autonomía y libertad en la definición de sus candidatos, sin interferencias ni imposiciones de la Directiva Nacional, como ocurre en la mayoría de organizaciones políticas del país.

En los pocos años transcurridos desde la fundación del Movimiento SUMA, sus miembros han entregado ya una valiosa contribución al país a través de los gobiernos locales y la legislatura, cumpliendo su objetivo de hacer una nueva forma de política y basados en el Modelo de Gobierno Responsable.  Evidentemente, quienes hemos dejado huellas positivas en el progreso de nuestro país recibiremos ataques de los politiqueros que sólo se dedican a destruir a sus rivales, en vez de construir un mejor país.  Esos ataques, en lugar de amedrentarnos, más bien nos han fortalecido y confirmado que estamos avanzando en el camino correcto.  No sería la primera vez que hemos enfrentado obstáculos en situación de desventaja, y sin embargo, siempre hemos salido victoriosos.

Por ello, en el Movimiento SUMA estamos convencidos que seguiremos aportando, y  mucho más, para engrandecer nuestro país.  Con la experiencia acumulada y con un equipo valioso de líderes hombres y mujeres que nos estamos preparando en todo el Ecuador, el Movimiento SUMA está enfocado en servir a los ecuatorianos en los diferentes niveles de gobierno y en la legislatura.  Para ello, nos encontramos desarrollando una estrategia integral, que en función del apego a nuestros principios de Gobierno Responsable, nuestros valores y sueños, nos llevarán nuevamente al éxito electoral en las elecciones del 2021 y a seguir construyendo el Ecuador moderno, próspero y de oportunidades que todos merecemos.

Para cumplir ese sueño: ¡contamos contigo!

¡SUMAte a nuestro sueño!